El Mundo Esmeralda, de Daniel de Wishlet - page 8

El mundo esmeralda
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Desenvolviendo con cuidado descubrí entre mis manos un libro bri-
llante, como si tuviese luz propia. Sus tapas eran de un material dorado
reluciente, y al abrirlas se veía una caligrafía tan bella que parecía escrita
por los mismos ángeles del cielo.
Tan fascinado estaba con lo que tenía ante mí que me olvidé de lo
que había a mi alrededor. No sé cuanto tiempo pudo transcurrir, pero
cuando volví mis ojos a la anciana para pedirle una explicación, ella ya no
estaba ahí, ni tan siquiera quedaba rastro de las mantas.
Me apresuré hacia mi casa para examinar con más detenimiento lo
que me había dado.
El «libro» —si así se le podía llamar— estaba dividido en tres partes,
y según fui pasando las páginas me fijé en un curioso detalle: sus tona-
lidades iban cambiando suavemente, de tal forma que el colorido que
predominaba en cada una de las partes era distinto al de las demás. Las
páginas de la primera parte eran rosadas y verdes, las de la segunda te-
nían un color dorado y violeta, y las de la tercera pasaban a ser de un azul
y verde brillantes.
¿Tendría esto a alguna simbología especial?
Todo era muy extraño, y no sólo por la belleza de lo que tenía ante mí,
sino también por las palabras de la anciana.
En ese momento caí en la cuenta de que uno de mis mayores deseos
era contribuir a hacer un mundo mejor. ¿Sería esto a lo que se habría
referido?
No pude esperar más y comencé a leerlo…
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